martes, 4 de septiembre de 2012

Hambre de felicidad

¿Retroceder o avanzar? ¿Apretar play o rebobinar? podrían tomarlo como una asimilación  a los recuerdos contenidos en cada ser, pero no, digo de manera inmediata que no es así, al contrario el solo hecho de tener sed o hambre de felicidad podría dar atisbo de que algo nos falta, pero quién puede estar constantemente en un estado de ánimo "perfecto", la verdad es que viéndolo de tal manera, casi troglodita, desearían muchos que fuera como creen que es, un mínimo estado de ánimo, pero diría de manera certera que para mi no es, no lo fue, no lo será, al contrario si así fuera bastaría rodearme de cosas que me satisfacen de manera superficial, o vanaglorias baratas encontradas en el baúl de los NO recuerdos, pero al contrario, es decir viéndolo de mi perspectiva siento que botando todo aquello que nos satisface por momentos, que realmente son cosas materiales, o hechos sin fundamentos intelectuales, simples, quizás podría encontrar el vacío anhelado, de ahí a la realidad es un solo paso, una situación común, recurrente en mi interior, y es "normal" "ordinario" "común" cualquier sinónimo utilizado podría reflejar la situación de anhelos del interior personal, de mi yo, dentro de un conjunto de seres que viven de estados de ánimos y en la caverna esperando un pequeño rayo de luz llamado  " felicidad ".

La esencia es solamente eso, esencia... modificar las necesidades, deseos de cada quien no esta dentro de la esfera de mis atribuciones, sino muy por el contrario es algo personal desde el punto de vista que se vea, por lo que podría de manera drástica eliminar el hecho de "dependencia emocional", no es necesario de manera alguna que explique, ya que ratificar y tenerlo dentro de mis anhelos sería una contradicción de proporciones, y últimamente me va mejor sin contradicciones y con faltas de ortografía.

Debería basarme en situaciones vividas, presenciadas, escuchadas, y blablabla, pero confío en que el vacío es el paso mas grande del ser humano y es cierto que es el preámbulo de la felicidad, pero tampoco es menos cierto que la cabalidad no va de la mano.

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